Que algunas cosas sin sentido pasen a formar parte de la sabiduría popular se conviertan en certezas irrefutables pese a no tener ninguna base, es algo bastante habitual en todos los ámbitos de la vida. Pasamos la vida escuchando infinidad de cosas como si de verdades absolutas se trataran, lo que conlleva a adquirir una serie de creencias erróneas que, a veces nos conducen a tener hábitos contrarios a lo correcto. Uno de esos ejemplos sin fundamento ninguno puede ser el hecho de que a las mujeres se les cortara el periodo por lavarse, en algunos lugares, bastaba con lavarse el pelo o utilizar el agua fría. Fundamento ninguno pero credibilidad toda.
Podríamos citar numerosos ejemplos de este tipo, pero vamos a centrarnos en los mitos y falsas creencias concernientes a nuestra salud bucal. Algunos de ellos, convenientemente desmentidos por profesionales de la odontología de Odonthos. Con objeto de aclarar algunos de los errores más comunes y fomentar buenos hábitos de salud e higiene bucal, vamos a citar algunos de esos mitos que tanto daño pueden hacer si seguimos errados y actuando en consecuencia de esa falsa creencia.
Los profesionales de la odontología no se cansas de advertir de la importancia de contar con una buena higiene dental, pero también coinciden en que no es necesario obsesionarse. A fin de cuentas, lo más importante es que todo lo que hagamos para gozar de una buena salud bucodental sea eficaz y se aleje de las prácticas erróneas que hemos realizado durante años sin darnos cuenta de que lo que creíamos correcto, no lo era.
Otro factor que ha llamado la alerta en el sector, es la veracidad que se le concede a internet y todo lo que en ella aparece. En cuestiones de salud, lo mejor es siempre consultar a un profesional. Sin embargo, vamos a matizar este aspecto, puesto que, a buen seguro, más de uno de nuestros lectores se ha encontrado en la consulta de un profesional de la medicina, mostrándonos la información de una dolencia desde una página de internet. Dicho esto, solo podemos añadir que lo esencial ante la búsqueda de información médica en la red, es saber cribar la información y aprender a diferenciar lo que puede ser veraz y lo que no. Nada de automedicarse y creerse doctores en Alaska por mucho que leamos, pues la información, a veces es poder y a veces puede no ser buena.
Veamos detenidamente esos mitos que tenemos como certeros.
Falsos mitos sobre la salud bucodental en los que no reparamos
Lo cierto es que no reparamos en ellos. Asumimos que es así y actuamos en consecuencia sin plantearnos más cuestiones. Sin embargo, algunos de los errores que cometemos respecto a nuestra salud dental, pueden y deben ser corregidos. Basta con identificarlos y cambiar la idea del pensamiento.
En primer lugar, uno de esos falsos mitos que nos encontramos y al que, no damos ningún tipo de importancia, es el relatico al hecho de que la higiene dental no tiene relación con las enfermedades crónicas. Lo cierto es que las dolencias que podemos padecer en la boca, comparten los mismos factores de riesgo que cuatro de las principales enfermedades crónicas por excelencia: las de carácter cardiovascular, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes. Todas ellas favorecidas por las malas dietas, el tabaquismo y el consumo de alcohol excesivo. En nuestro organismo, todo está relacionado.
Se tiende a pensar que los cepillos duros y los enjuagues bucales fuertes son los que mejor limpian la boca, pero no necesariamente es así. Es perfectamente posible lograr un cepillado de dientes eficaz con un cepillo de consistencia media o incluso suave. Esto además es positivo pues se evita el desgaste del esmalte a consecuencia de los cepillos de cerdas duras. Los enjuagues bucales fuertes o con alto contenido en alcohol no solo pueden no ser una buena opción en cuanto a eficacia, también puede producir sequedad en los tejidos bucales.
Creer que la halitosis es algo crónico es otra de esas falsas creencias con fuerte arraigo en la sociedad. Por lo general, los casos de mal aliento suelen desaparecer con una correcta y adecuada higiene bucal, es decir, cepillándose los dientes, encías y lengua a diario tras cada comida y utilizando el hilo dental. Evitar la ingesta de alimentos como el ajo y la cebolla que favorecen la halitosis, puede ayudar a evitarla.
Somos lo que comemos. En cuestión de salud dental también, aunque no lo creamos así. La alimentación influye directamente en la salud dental. Debemos evitar consumir azucares, tomar leche o derivados tras la comida, así como beber té verde para mantener una buena salud dental. Alimentos como la zanahoria, la manzana o el apio, son muy recomendados pues ayudan a limpiar los dientes.
Otra falacia que a los dentistas hace mucha gracia es la idea de que no se debe ir al dentista cuando se está embarazada. Lo cierto es que hay que ir al dentista cuando sea necesario, independientemente de que se esté en estado de buena esperanza. Es más, ocurre justo lo contrario, debido a los cambios que conlleva el embarazo es posible que se aumente el riesgo de padecer caries o enfermedad de las encías.
Comer chicle nos sustituye al cepillado, aunque es cierto que favorece la secreción salivar que se reduce tras la ingesta de alimentos, permitiendo que se restablezca el equilibrio ácido de la boca. Aun así, el cepillado y el hilo dental, son imprescindibles.
Más creencias equivocas sobre salud dental
Existen todavía algunos mitos más respecto a la salud dental. Algunas tan absurdas como las ya citadas, como el que los deportistas tengan menor riesgo de padecer lesiones bucodentales. Más bien es al contrario. Las lesiones bucodentales son más comunes en las personas que practican deporte puesto que la probabilidad de sufrir golpes y traumatismos en la boca o, incluso el riesgo de padecer caries aumenta junto al desgaste dental, es mayor a causa de la deshidratación o la ingesta de productos ricos en glucosa en forma de carbohidratos. Se trata de personas que están más expuestas a las lesiones en general, en cuestiones bucodentales, no podía ser de otra manera.
Creer que las limpiezas dentales profesionales estropean el esmalte es otra de esas creencias con mucho arraigo. Sin embargo, resulta que la limpieza dental es una de las mejores formas de prevenir las enfermedades que afectan a la boca y evitar la pérdida de dientes. Aparte de que los odontólogos utilizan aparatos específicos para eliminar el sarro sin perjudicar el esmalte.
Una de las pocas creencias erróneas que pueden resultar comprensibles es la de pensar que los implantes pueden generar algún tipo de alergia o rechazo. No obstante, el material utilizado para los implantes bucodentales es el titanio que posee una elevada y excelente biocompatibilidad con el cuerpo humano. En los casos en los que no se logra la osteointegración necesaria para que el implante se fije, suele ser debido a problemas técnicos durante la cirugía o los propios del paciente.
Aunque algunos aleguen que no beben agua porque no beneficia a la salud bucodental, la realidad es que la generación de saliva tiene una misión: proteger a nuestros dientes de las consabidas bacterias. Beber agua en cantidad adecuada es lo mejor que se puede hacer para que las glándulas salivares produzcan mayor cantidad de saliva.
Tampoco es cierto que tener unos dientes blancos sean sinónimo de buena salud dental. Existen dentaduras muy blancas con manchas en su cara interna o sarro en las encías. Solo un profesional puede determinar si la dentadura está en perfectas condiciones.
Ahora se da más importancia a la higiene dental en los niños que tienen los dientes de leche, pero se tiende a creer que no es necesario cepillarlos pues al final, su cometido es caerse. Sin embargo hay que evitar que se produzcan caries desde que salen los primeros dientes, así que cepillarlos para eliminar la placa acumulada es tan necesario en la dentición de leche como en la permanente.
Tampoco es cierto eso de que si no duele no hay problema. Algunas afecciones bucodentales no dan como síntoma el dolor hasta que el problema se agrava. Puedes tener caries pequeñas que no molestan pero, igualmente es necesario realizar un tratamiento para evitar que alcancen el nervio.
Aunque podemos seguir con la lista de mitos y falsas creencias en cuestiones de salud dental, vamos a concluir este post con ese error de creer que las muelas del juicio deben extraerse en todo caso. Lo cierto es que las muelas del juicio no deben extraerse salvo que generen algún problema como que salgan de lado o no dispongan de espacio para erupcionar. Quitar las muelas del juicio conlleva una cirugía y el postoperatorio puede resultar doloroso y molesto, con lo cual no hay necesidad de pasar por ello si no existen razones concretas para hacerlo. Solo un dentista puede determinar si la cirugía es necesaria.
Hasta aquí los mitos más comunes sobre salud dental, aunque como decimos existen muchos más. Lo mejor, ante la duda, consultar con un profesional.