Las comidas procesadas aumentan el riesgo de padecer intolerancia alimentaria

Las intolerancias y alergias alimentarias hacen que la ingesta de alimentos tenga una reacción negativa por parte del cuerpo. Los casos de intolerancia alimentaria se han duplicado en España en los últimos años, ya que hay un 50% de población afectada por esta patología.

La Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI) afirma que este tipo de alergia afecta a más de 17 millones de comunitarios. Incluso, preocupa la incidencia creciente en niños, actualmente del 4 al 7%.

El doctor Francesc Casellas, responsable del Comité de Nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), explica que cuando cualquier persona toma un alimento, «no debería suceder nada en nuestro cuerpo, más allá de que nos siente bien».

Sin embargo, después de la ingesta el cuerpo tiene una reacción, que puede ser una alergia e intolerancia o, incluso, una intoxicación. Es muy importante no confundirlas y saber diferenciarlas.

«Cuando hablamos de una alergia, lo hacemos de un alimento que tiene un alérgeno, normalmente una proteína, y este genera una reacción; no a todo el mundo le tiene que sentar mal, pues es una cosa muy personal», explica el doctor Casellas.

La nutricionista Elisa Blázquez informa que una alergia suele tener una reacción más rápida «y da lugar a una cascada de reacciones inflamatorias».

La intolerancia se produce cuando el cuerpo no es capaz de asimilar y digerir un componente del alimento. «Las intolerancias pueden ser de diferentes tipos: a la lactosa, en la que no tenemos la capacidad enzimática para digerir; o la intolerancia a la fructosa, en la que no somos capaces de absorber a través de la luz intestinal», añade Blázquez.

Desde Farmacia Ramón Ventura aconsejan realizar el test de intolerancia alimentaria, para detectar posibles intolerancias a alimentos comunes en nuestra dieta.

Estos tests muestran cómo reaccionan los anticuerpos del paciente ante determinadas sustancias-proteínas presentes en un panel de múltiples alimentos.

Las intolerancias más comunes son:

-Lactosa.

-Gluten.

-Fructosa.

-Sorbitol.

Las alergias más comunes son:

– Frutos secos.

-Mariscos.

-Huevo.

– Sésamo.

-Caseína láctea.

La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición aconseja «leer siempre los ingredientes de los alimentos que se vayan a utilizar en la preparación del menú, teniendo cerca el listado de sustancias a las que se es alérgico/intolerante para comprobar las etiquetas».

Para evitar una reacción alérgica es recomendable que no haya ningún contacto entre la comida o utensilios de cocina de la persona que tenga alergia y los que no. Lo mejor es que se cocine primero la comida del alérgico para evitar contaminaciones.

Hay que tener cuidado al manipular los utensilios de cocina y no hay que utilizar el mismo aceite o sartén para cocinar. Es fundamental limpiar bien todas las superficies en las que se vaya a preparar la comida. Y, en el caso de los niños, la escuela debe tener el certificado médico en el comedor escolar para saber el menú que va a consumir.

Muchas personas no saben que son intolerantes a algunos alimentos. Los síntomas de la intolerancia son: dolores abdominales, gases, diarrea, fatiga, dolores de cabeza, dolor articular o pérdida de peso.

Sin embargo, los síntomas de la alergia son: urticaria, picor, hinchazón en alguna parte del cuerpo, vómitos, diarreas, dolor abdominal…

«Las intolerancias pueden mejorarse en la mayoría de los casos, pero intolerancia a la lactosa y al gluten puede tener una base genética y en este caso es más complicado», afirma la nutricionista.

Pero, si mejora la salud intestinal, muchas intolerancias mejoran o desaparecen. Sin embargo, no sólo tiene que ver con la genética, ya que hay causas externas que provocan el desarrollo de las intolerancias alimentarias. ¡Sigue leyendo!

Consumir alimentos procesados

Más del 60% de los alimentos elaborados que consumimos contienen algún tipo de aditivo. Estas sustancias se componen de moléculas artificiales y pueden provocar intolerancia.

Varios estudios han comprobado que los sulfitos y la tartrazina provocan problemas digestivos.

Contaminación ambiental

La presencia de sustancias tóxicas en el aire, los productos de limpieza y los residuos plásticos, pueden provocar reacciones alérgenas en el organismo.

Incluso, está prohibido emplear bisfenol en la elaboración de biberones, debido a la alta toxicidad de este compuesto.

Composición de algunos alimentos

Los elementos presentes en algunos alimentos naturales pueden ocasionar intoxicaciones alimentarias, aunque en la mayoría de los casos quedan inhibidas en el cocinado.

Pero, las personas más sensibles pueden verse afectadas por la solanina de las patatas, que actúa como pesticida natural, o las lectinas de las legumbres, que pueden provocar problemas digestivos.

Una mala dieta

Una dieta desequilibrada afecta al desarrollo de intolerancias por la falta de vitaminas, minerales o antioxidantes. Los expertos explican que el escaso consumo de carne, pescado fresco, frutas y verduras de temporada, además de los excesos de comida basura pueden provocar también intolerancia.

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