La caries dental es la enfermedad bucodental más prevalente en la población infantil. La caries es una infección de los dientes causada por algunos microorganismos presentes en la boca como el Streptococcus mutans, y provenientes de restos de comida acumulados en la cavidad oral y que provoca la desmineralización del esmalte las piezas dentales. Esta desmineralización se produce cuando las bacterias de la boca fermentan los carbohidratos de la dieta, destruyendo progresivamente la estructura del diente.
Se denomina caries de lactancia, caries dental de biberón o caries de la primera infancia, aquella que aparece antes de los seis años. Según estudios realizados un 33,9 % de niños de 6 años presentan caries, aumentando al 43,2 % a los 15 años, por lo que debemos hacer constar que la caries infantil avanza con una mayor rapidez que la caries de los adultos, lo que hace que los padres deban acudir con su hijo al especialista, pues podría incidir negativamente en el tejido nervioso de los dientes. En este sentido, para que todo fluya correctamente, nosotros os recomendamos que os paséis por la Clínica dental Mesiodens, donde encontraréis un equipo de profesionales especializados en las distintas disciplinas de la odontología, los cuales, sin duda alguna, velarán por la salud y el bienestar de todos los integrantes de la familia, sobre todo, de los más pequeños.
Los primeros síntomas que nos avisan de una caries infantil son:
- Presencia de pequeños orificios oscuros en los dientes.
- Intenso dolor en la zona dental.
- Cambio en el color de los dientes, tornándose a un color amarillento o marrón.
- Inflamación facial o de la encía.
- Pérdida de apetito o dificultad a la hora de comer.
- Fractura en los dientes.
Entre las principales causas de aparición de una caries infantil podemos incluir las siguientes:
- Un consumo excesivo de azúcar en su alimentación. El azúcar es el gran aliado de la caries y está presente en multitud de productos como zumos, batidos, bollería industrial, bebidas azucaradas, chocolates, cereales, chucherías, golosinas, etc., por lo que su consumo debe evitarse o ser moderado. En contraposición se debe fomentar el consumo de una alimentación sana y equilibrada, abundante en comida natural o poco procesada.
- Una mala higiene bucal. Los niños deben acostumbrarse a lavar sus dientes desde muy pequeños, para asegurar que los restos de comida no puedan quedar atrapados entre sus dientes. Se recomienda que hasta los cinco años los padres supervisen de forma concienzuda la rutina de higiene de la boca de sus pequeños, prestando mucha atención a la falta de cepillado antes de irse a la cama, ya que por la noche las bacterias anidan en mayor cantidad. De esta forma los niños adoptaran unos excelentes hábitos de higiene dental.
- Falta de flúor. El flúor es un mineral que ayuda a prevenir la caries en niños y adultos al hacer la superficie externa de los dientes, el esmalte dental, más resistente a los ataques de los ácidos que la causan. Si el niño presenta una carencia de flúor en sus dientes será un factor favorable para la caries.
La prevención de la caries implica una actuación a varios niveles, como pueden ser:
- Disminución del consumo de alimentos azucarados. A la hora de comprar un producto es importante leer atentamente la etiqueta para buscar la información nutricional y aprender a leer los azucares ocultos.
- Evitar el picoteo entre horas. Es importante dejar pasar entre 2 o 3 horas entre comida y comida para dejar que la boca recupere su pH protector.
- Evitar que el niño se quede dormido succionando el biberón de leche, ya que los azucares quedan adheridos durante horas pudiendo dañar el esmalte dental.
- Evitar acciones que puedan facilitar la transmisión de bacterias de la boca de la madre a la del niño como chupar el chupete del niño o la cuchara, soplar la comida para enfriarla, etc.
- Caries ya iniciadas. La actuación precoz sobre las primeras caries es imprescindible, ya que contribuyen a la persistencia y extensión del proceso, implicando mayor riesgo para los otros dientes.
La Halitosis
La halitosis, comúnmente conocida como mal aliento, se define como el conjunto de olores desagradables procedentes del aliento de una persona. Aunque puede estar relacionado con problemas estomacales, en el 90 % de los casos su origen está relacionado con la boca, siendo las principales causas que producen mal aliento las siguientes:
- Boca seca, ulceras, aftas y flemones.
- Caries, gingivitis y periodontitis.
- Consumo de alcohol, café, té, tabaco… o comidas picantes, ajo, cebolla…
- Acumulo de placa bacteriana en la lengua.
- Uso de prótesis dentales.