Cuando nos empieza a molestar, o incluso a doler, alguna parte de la boca o alguna pieza dental, todos nos echamos las manos a la cabeza pensando qué nos puede estar pasando y, sobre todo, qué nos va a hacer el dentista. Si tenemos la suerte de poder ir al dentista en cuanto nos duele la boca, evitamos darle vueltas al asunto que nos preocupa: ¿nos va a doler lo que nos tenga que hacer el dentista? Pero nos siempre es así, sino que más bien dejamos que pasen un par de horas o incluso de días, dependiendo de los soportable que sea el dolor que padecemos, esperando que se obre el milagro y deje de dolernos o molestarnos eso de lo que estamos aquejados.
El problema de dejar pasar las horas y los días, o de no tratar una dolencia que duele de forma intermitente, es que una dolencia leve y que tiene una cura simple, puede convertirse en una dolencia grave y que requiere de una intervención mucho más dolorosa y también mucho más invasiva. Pasa por ejemplo en el caso de la gingivitis (una enfermedad periodontal en fase temprana que produce que las encías se enrojezcan y se inflamen), que si no se trata a tiempo acaba provocando una periodontitis, que es una enfermedad periodontal en una fase severa.
Pero no es el único caso, ya que sucede con mucha frecuencia en caso de caries no tratadas a tiempo. Cuando se presenta una caries, muchas veces la única forma de sentir que están ahí es pasando la lengua por la pieza dental afectada de caries y notar que se está abriendo un hueco. Otras veces, mirar nuestra dentadura a través de un espejo nos da pistas de lo que está pasando, si vemos la pieza dental picada o de color oscuro. Pero también es verdad que muchas veces no podemos notar a simple vista que tenemos una caries, cosa que acaba provocando un problema mayor de salud: cuando el dolor y la sensibilidad acompañan nuestro día a día, probablemente tengamos el nervio dañado y haya que optar por realizar una endodoncia.
Así, el tratamiento de conductos radiculares se caracteriza por eliminar, de manera total o parcial, la pulpa dental que se encuentra dañada y, posteriormente, sellar el conducto pulpar para devolverle la estructura y la estética a la pieza.
Como nos indican nuestros amigos de Clínica dental Gaudí, en caso de tener que realizar una endodoncia el principal objetivo siempre es conservar la dentición en buen estado. Solo cuando eso no sea posible, los profesionales se ven obligados a realizar la extracción de la pieza dental. Para intentar conservar esa pieza dental, es común que los profesionales de la salud dental nos realicen una endodoncia. Este procedimiento está diseñado para tratar los problemas del tejido pulpar blando, el cual preserva las terminaciones nerviosas y los vasos sanguíneos del diente.
La causa más común para realizar este procedimiento es la existencia de una caries profunda, desgaste dental o un traumatismo. Motivo por el cual es más que aconsejable realizar revisiones periódicas y acudir al dentista a la mínima molestia, para evitar daños mayores y problemas en el futuro relacionados con una dolencia no tratada a tiempo. Además, es esencial acudir a un centro de confianza, huyendo de nuevas modas.
¿Qué cuidados seguir tras una endodoncia?
Aunque la endodoncia no es un proceso invasivo, mantener ciertos cuidados tras una endodoncia te ayudarán a una pronta recuperación. Aquí te dejamos algunos ejemplos:
- Es común que, tras el sellado de una endodoncia, el profesional nos indique que dejemos pasar unas horas hasta ingerir algún alimento: tendremos la boca sedada y habrá que dejar que pase el efecto de la anestesia, pero también es importante que la pieza dental quede totalmente sellada para que no salte el empaste que se nos habrá realizado previamente.
- Con el objetivo de evitar que se nos salte el empaste, la siguiente recomendación es evitar el consumo de chicle los primeros días tras la realización de la endodoncia. Aunque el procedimiento es seguro y exitoso, mejor ser precavidos.
- A parte de evitar el chicle, durante los primeros días también es recomendable evitar comer por el lado de la cavidad oral que haya sido tratado. Así mismo, también es recomendable no abusar durante un tiempo de los alimentos duros y de los pegajosos.
- Hay que hacer un lavado dental muy consciente, haciendo especial hincapié en la zona de la cavidad oral que ha sido tratada. Si el cepillado dental diario es siempre aconsejable, lo es aún más cuando hemos sufrido un tratamiento dental recientemente.